Thai Barcelona congregó la noche del martes 18 de noviembre a más de doscientas personas a beneficio de la Associació Catalana de Fibrosi Quística. Rafael Amargo y su Compañía la hicieron inolvidable.

A la exquisita cena (por ponerle un pero, demasiado abundante), al montón de regalos a sortear, al despliegue de bailarinas de danza tradicional tailandesa en armoniosa coreografía con camareros de gala, se sumó la oportunidad de conocer al presidente de la asociación y a los investigadores de la Unidad de Fibrosis Quística del Hospital Valle de Hebrón y su trabajo.

El equipo de Thai Barcelona, bajo la minuciosa batuta de Clara Roca, su directora, merecen el primer olé.
Bien pasadas las once de la noche, recién llegados del teatro Poliorama donde presentan cada noche su espectáculo “Ópera y flamenco”, Rafael Amargo y su Compañía irrumpen en la sala por fandangos poniendo al instante a los comensales en pie. Ocurre el milagro. Las orquídeas ceden paso a los claveles y se forma ese silencio que enaltece el fulgor de las estrellas. Cante, baile, solos y corales, Rafael y los suyos ya no precisan adjetivos. Sensibilidad y sentido, desde y hacia el espacio escénico; desde cualquier ángulo de la sala, una corrala en Bangkok.
Como colofón, Rafael Amargo, valiente y generoso, se enzarza con Sugar, la bailarina tailandesa cabeza de cartel, para acabar la velada en un ‘abrazo de culturas’, por citar el postre que indica el menú. Un privilegio memorable que quedará impreso en la memoria de los que estuvimos y en la hoja de ruta del propósito que impulsamos.

Instituciones, entidades, empresas, artistas, sponsors, periodistas, diplomáticos, amigos, ausentes “cubierto 0”…
No citaremos ni corporaciones ni nombres propios. El pasado martes, todos y cada uno de los asistentes y de los ausentes tiene nombre propio: el de la generosidad que los reúne. Superadas con creces todas las expectativas, ¡Gracias a todos y olé!